Me destruyó dejándome el alma vacía

Cristina relata que su experiencia comenzó en enero de 2007 al unirse a Terra, donde conoció a alguien amable y atento mediante su chat. Con el tiempo, lo invitó a MSN y crearon una amistad virtual. Aunque estaba casada, comenzó a encariñarse con él, sin imaginar el peligro que lo acompañaba. Él decía tener novia, pero fallaba la información, y Cristina tardó meses en darse cuenta de su verdadera identidad.

El 21 de mayo de 2009 fue el último contacto consciente con él. Luego emergió su verdadera naturaleza: sabía detalles íntimos de la vida de Cristina—sus emociones, inseguridades y hábitos—y comenzó el control psicológico sutil. Primero con "fase de encantamiento", luego con amenazas directas: “cuando me levante te mato”.

Tras el ataque emocional, él hackeó su ordenador, rastreó su dirección y contactó a gente de su entorno. Incluso publicó su teléfono en sitios web de escorts y cambió su perfil en Facebook por el de prostituta, generando oleadas de mensajes y acoso continuo.

Cristina tuvo que cambiar de trabajo, número de teléfono, mudarse de ciudad y retirarse socialmente. No reconocía a nadie: vivía con terror en cada notificación o mensaje nuevo. Volvió al mundo digital después de varios años, pero él la volvió a encontrar con nuevas cuentas, reabriendo heridas que nunca sanaron del todo.

Actualmente sufre de trastorno de estrés postraumático, insomnio, pesadillas, pérdida de autoestima, amnesia puntual, retraimiento emocional y una paranoia constante: vive con la amenaza latente de que él aún esté detrás de su próxima cuenta o perfil, reactivando su terror cada vez que intenta reconstruir su vida