Creando estilos de vida sanos

Vivir con Ansiedad: Un Camino de Reconocimiento y Recuperación

A los 23 años, mi vida parecía estar en orden: tenía un buen trabajo, una relación de pareja estable y una familia unida. Sin embargo, comencé a experimentar síntomas extraños como mareos, vértigo, fatiga extrema, sudoración, hiperventilación y pensamientos intrusivos. Estos episodios se intensificaron por las noches, lo que me llevó a sentir que estaba perdiendo el control de mi cuerpo y mente.

Mi primer ataque de pánico ocurrió en el metro de la Ciudad de México; sentí que no podía respirar ni moverme. Fue un momento aterrador que me hizo darme cuenta de que algo no estaba bien. Tras acudir a terapia, fui diagnosticada con TAG y depresión. La psicoterapeuta me explicó que muchos de los síntomas que experimentaba, como la anhedonia y la sensación de estar en un sueño, eran comunes en estos trastornos.

El diagnóstico fue un alivio, pero también me enfrentó a la realidad de que necesitaba ayuda profesional. Comencé un tratamiento con medicación y continué con la terapia. Aunque el camino no fue fácil, aprendí a reconocerme y a priorizar mi salud mental. Salí de una relación tóxica, mejoró mi situación económica y, lo más importante, comencé a aceptarme y a cuidarme.

Hoy, aunque la ansiedad y la depresión son parte de mi vida, ya no me definen. He aprendido a vivir con ellas y a buscar ayuda cuando lo necesito. Mi experiencia me ha enseñado que la salud mental es tan importante como la física, y que pedir ayuda es un acto de valentía, no de debilidad.


Este testimonio resalta la importancia de reconocer los síntomas, buscar ayuda profesional y no estigmatizar el tratamiento de los trastornos mentales. Si tú o alguien que conoces está pasando por una situación similar, recuerda que no estás solo y que existen recursos y profesionales dispuestos a apoyar.