Creando estilos de vida sanos

Una advertencia sobre los peligros del tabaquismo

Rose creció en un pequeño pueblo de Texas y nunca planeó dejar a su familia extendida o la vida al aire libre que tenía allí. Comenzó a fumar cuando tenía 13 años y le robaba cigarrillos a su padre. Antes de que pasara mucho tiempo, estaba gastándose el dinero para el almuerzo de la escuela en cigarrillos. Poco a poco se estableció una adicción de dos cajetillas diarias. Era una adicción que casi la hizo perder un pie y que le causó cáncer de pulmón a los 58 años.

El dolor y la debilidad que tenía en las piernas fue lo que inicialmente la llevó al médico, cuando los síntomas habían empeorado tanto que apenas podía caminar. El tabaquismo había hecho que los vasos sanguíneos en las piernas de Rose se llenaran de placa, una afección llamada arteriopatía periférica. “Mi médico dijo que solamente quedaba un agujero del tamaño de un alfiler para que pasara sangre hacia mi pie y que podía perder el pie si no me operaban”, contó Rose. “Todos los días tenía que levantarme con un cigarrillo y acostarme con un cigarrillo. Es simplemente adictivo”, aseguró.

La amenaza de perder el pie hizo que Rose dejara de fumar, incluso antes de que supiera que tenía cáncer de pulmón. Y dijo que no fue tan difícil como pensaba, aun después de haber fumado durante muchos años. “Una vez que decidí hacerlo, no tuve problemas”, dijo Rose.

Después de dejar de fumar, su tos desapareció. Se sintió mejor, pudo respirar mejor y pudo caminar más lejos sin que le faltara el aire. Los alimentos sabían mejor e incluso olían mejor. “Me encanta poder oler las tortillas cuando están en el horno y los frijoles frescos cuando se están cocinando”, afirmó. Y aunque nunca le operaron la pierna, dejar de fumar evitó que la obstrucción de los vasos sanguíneos empeorara y ayudó a que Rose recuperara algo de la circulación sanguínea hacia el pie. El dolor en la pierna desapareció.

Entre tratamientos que duraron casi 2 años, Rose disfrutó profundamente los días buenos que compartió con su familia y amigos, especialmente con sus 3 nietos. “Ellos lo son todo para mí”, dijo Rose. La menor de sus nietos, llamada Tomorro Rose, nació alrededor de la fecha en la que Rose comenzó su lucha contra el cáncer de pulmón.

Ella esperaba que su historia hiciera que otras personas dejaran de fumar antes de que se enfermaran. “Los cigarrillos hacen daño. Matan”, dijo Rose. “Hagan todo lo posible por dejar de fumar. Y si no fuman, no comiencen. No vale la pena”, agregó.

Rose murió en 2015, a los 60 años, debido al cáncer que le causó el tabaquismo.