"Durante décadas me sentí como un extraterrestre"
Durante la mayor parte de su vida, Barney Angliss luchó para encontrar su sitio en el mundo.
Pero solo cuando cumplió los 49 años finalmente pudo entender lo que le estaba pasando: le diagnosticaron autismo.
De niño, sus padres no le permitieron ir a un nuevo colegio. "Pensaban que me iban a matonear hasta morir", recordó.
Aunque era bueno con las palabras, tenía pocos amigos y, según él mismo admite, no mostraba ningún signo de empatía ni habilidad para socializar.
Con el tiempo, mientras formaba un hogar y se convertía en maestro de escuela, empezó a tener "pensamientos catastróficos".
Se sentía deprimido y aislado, mientras que su salud física también se deterioraba, con severos ataques de asma que se iban volviendo más frecuentes.
Finalmente, impulsado por su esposa, Angliss visitó a un psicólogo clínico y le dieron un diagnóstico: mal de Asperger.
De pronto, su poca habilidad para socializar y su constante búsqueda por encajar tuvo sentido:
"El diagnóstico explicó todo lo que creí que fallaba en mí". Robert Greenall, de 53 años, también recibió hace poco la confirmación médica de que está en el espectro del autismo.
"Toda mi vida me he preguntado por qué nunca pude 'entender' a la gente y por qué ellos tampoco 'me entienden' a mí", dijo.
-Por qué hay tantas niñas y mujeres autistas que no reciben adecuadamente el diagnóstico de este trastorno
"'Eres un enigma', 'pareces de otro planeta', eran cosas que me decían frecuentemente", anotó.
Durante mucho tiempo pensó que su comportamiento tenía que ver con que era hijo único o con que había sido enviado a un internado, donde había vivido una niñez solitaria.
Le gustaban los mapas y los ferrocarriles, y los otros niños se burlaban de su falta de confianza a la hora de practicar deportes.
Pero más adelante la interacción social se convirtió en una pesadilla. Siempre se preguntó por qué no podía entender las emociones de los otros y mostrar empatía.
Nada parecía encajar en su vida, hasta que vio en televisión un programa sobre el autismo.
"El estereotipo del autismo que yo tenía era de personas que estaban seriamente discapacitadas para comunicarse con los demás o eran unos nerds de los computadores", explicó Greenall.
"Pero ver que gente que parecía 'normal' era diagnosticada con autismo, e identificarme con ellos de varias maneras fue una revelación".
Greenall sintió un "gran alivio" después de recibir el diagnóstico.
"Finalmente le pude poner un nombre a lo que me hacía sentir que era un extraterrestre. Finalmente pude dejar de sentirme mal por ser diferente", explicó.
Pero Barney y Robert son solo dos personas de un número indeterminado de adultos que han pasado casi toda su vida sin saber por qué se sentían diferentes.
Y esto debido a que el autismo se clasificó como un desorden mental apenas en 1980, muchas personas que nacieron antes de ese año no fueron diagnosticadas o lo fueron de manera incorrecta.
"El autismo es a menudo visto como un trastorno que solo afecta a los niños, pero muchos más adultos con autismo están apareciendo en los medios y muchos se están viendo representados", le dijo a la BBC Anna Bailey-Bearfield, de la Sociedad Nacional del Autismo de Reino Unido.
Pero el impacto de no saber por 40 o 50 años "puede ser muy traumático", explicó Bailey-Bearfield, quien agregó que este diagnóstico puede causar una sensación de ansiedad y aislamiento social.