
21 de November del 2025
De acuerdo con psicólogos deportivos y nutriólogos consultados, el aumento está relacionado con la presión social generada por redes sociales, influencers fitness y estereotipos corporales cada vez más exigentes. “Hoy vemos a jóvenes que pasan horas en el gimnasio, consumen suplementos sin supervisión y sienten culpa o ansiedad si no entrenan. La vigorexia no es disciplina: es una distorsión corporal grave”, explicó la psicóloga clínica Mariana López, especialista en trastornos de la imagen.
El fenómeno también ha generado preocupación en centros deportivos, donde entrenadores reportan conductas repetitivas como sobreentrenamiento, restricciones alimenticias severas y rechazo a descansar por miedo a “perder músculo”.
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