18 de September del 2025
La epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública a la que se ha enfrentado el mundo. Provoca más de 7 millones de muertes al año, además de discapacidades y un sufrimiento prolongado debido a las enfermedades que ocasiona (4).
Se trata de un consumo perjudicial en todas sus formas y no existe un nivel seguro de exposición. Fumar cigarrillos es la forma más común de consumo en el mundo, pero también hay otros productos de tabaco, como el tabaco para pipa de agua o narguile, los cigarros, los puritos, el tabaco calentado, el tabaco de liar, el tabaco picado, los bidis y los kreteks, así como los productos de tabaco sin humo.
Alrededor del 80 por ciento de los 1300 millones de personas que consumen tabaco viven en países de ingresos medianos o bajos (5), donde la carga de morbimortalidad asociada a este producto es más alta. El tabaquismo aumenta la pobreza porque los hogares gastan en tabaco un dinero que podrían dedicar a necesidades básicas, como la alimentación y la vivienda. Este patrón de consumo es difícil de revertir porque se trata de un producto es muy adictivo.
El consumo de tabaco impone un costo económico enorme que incluye los elevados costos en atención de salud para tratar las enfermedades que causa y la pérdida de capital humano a causa de su morbimortalidad.
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