Te hablamos de las adicciones
  • Créditos Exprés: El Engaño Silencioso que Destruye Vidas

07 de July del 2025

Anónimo para proteger su identidad

En tiempos de necesidad, cuando las deudas y las carencias aprietan, cualquier solución rápida parece tentadora. Eso fue exactamente lo que me pasó: estaba desesperado por conseguir dinero para cubrir gastos urgentes y encontré en las redes sociales una salida aparente. Anuncios en Facebook, Instagram y YouTube ofrecían préstamos inmediatos desde apps. Sin pedir garantías reales, solo solicitaban datos personales: identificación oficial, acceso a contactos del teléfono, referencias, entre otros.

Al principio, parecía mágico. En cuestión de minutos el dinero estaba en mi cuenta. Comenzaba con mil pesos, luego dos mil, y así sucesivamente. Lo que no sabía era que estaba entrando en una espiral de deudas que no tendría fin.

Muchas de estas aplicaciones no están reguladas por ninguna autoridad. Cobran intereses semanales que llegan hasta el 75% y exigen el pago incluso un día antes del vencimiento. Desde las cinco de la mañana comienzan a hostigar, enviar amenazas, presionar por WhatsApp o llamadas. Incluso advierten que, si no pagas, enviarán mensajes falsos a todos tus contactos diciendo que eres un delincuente, un violador o un estafador. Juegan con tu miedo, con tu estabilidad emocional, con tu dignidad.

Estuve atrapado en este infierno durante cinco meses. Lo que parecía una ayuda momentánea se convirtió en una pesadilla. Pedía en una app para pagar en otra. Algunas plataformas permitían hasta 25 préstamos simultáneos dentro de la misma aplicación. El dinero que llegaba lo usaba solo para tapar otros hoyos. Pronto ya no era mi dinero, era el de mis clientes, mis proveedores, mis conocidos.

No falté nunca a un pago, pero vivía bajo amenaza constante. El estrés y la ansiedad se apoderaron de mi vida. Deje de dormir. Gritaba, lloraba, estaba ausente incluso estando presente. Hasta que colapsé. Caí en una profunda depresión.

Fue entonces cuando busqué ayuda en Umbral, una organización que me brindó apoyo terapéutico, psiquiátrico y psicológico. Con su ayuda —y el apoyo emocional y económico de mi familia— logré salir adelante. Me asocié con alguien en mi empresa, replanteé mi estrategia de vida y negocio, y comencé mi proceso de recuperación.

Hoy, puedo decir que sobreviví a una adicción que no se ve como tal: la adicción a pedir préstamos para pagar otros préstamos. No era ludopatía, pero tenía los mismos patrones: desesperación, negación, riesgo constante.

Este artículo no es solo mi testimonio. Es una advertencia para todos los que, en momentos de urgencia, creen que los créditos exprés por apps son la solución. No lo son. Son trampas disfrazadas de ayuda. Si estás dentro, busca ayuda. Si estás por caer, aléjate a tiempo.