05 de July del 2021
Instituto Castelao
Podemos diferenciar entre el consumo experimental, el consumo ocasional, el consumo habitual y el consumo compulsivo.
El primero se refiere al consumo fortuito o durante un periodo de tiempo limitado o en cantidad reducida. Los motivos pueden ser:
Por su parte, el consumo ocasional es un consumo intermitente de cantidades importantes. Su principal motivación es la integración grupal.
En cuanto al consumo habitual es diario, para aliviar el malestar psicoorgánico y mantener un rendimiento adecuado.
Por último, el consumo compulsivo es un consumo muy intenso. Normalmente acompañado de un trastorno del comportamiento con consecuencias sociales negativas.
La dependencia física suele desaparecer en unas semanas. La psicológica es mucho más persistente y supone un alto riesgo de recaída. Se trata de un sistema de creencias que apoyan el consumo. Estas se han visto reafirmadas durante mucho tiempo y no cambian fácilmente. Como cualquier enfermedad mental, los cambios de pensamiento requieren tiempo. Tiempo para producir la recuperación de la persona. Pero sobre todo para que abandone el personaje de la adicción.
Los conocimientos actuales llevan a la conclusión de que los síntomas y signos que señalan la existencia de dependencia física y psicológica están más relacionados de lo que se creía. La dependencia psicológica es tan destructiva como la física. Aunque claramente es más difícil de superar. Es la que puede llevar a la recaída después de muchos años de abstinencia. La mejor herramienta para evitar esto: someterse a un tratamiento integral de recuperación de adictos. Manteniendo así el vínculo con la recuperación.